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Durante décadas, el bótox se ha posicionado como uno de los tratamientos más populares para reducir las arrugas en la frente y alrededor de los ojos, convirtiéndose en el tratamiento de elección para muchas personas que buscan un rejuvenecimiento facial no invasivo y de larga duración. 

Sin embargo, recientemente ha surgido una nueva tendencia en el mundo de la estética que ha visto el uso de toxina botulínica extendido a otras áreas del rostro, como por ejemplo el tratar áreas de expresión problemáticas como las arrugas de conejo, el párpado inferior, el mentón y las líneas de marioneta, zonas que son aplicadas por poco especialistas en nuestro país. 

¿POR QUÉ LAS ARRUGAS SON UN PROBLEMA? 

Las arrugas son pliegues o líneas en la piel que se forman por distintos factores, mayormente se forman a medida que envejecemos por la pérdida de colágeno y elastina en la piel. Asimismo, existen arrugas que pueden ser el resultado del movimiento repetitivo de los músculos faciales. Es así cómo se generan las arrugas de conejo, las líneas finas que se forman en el puente de la nariz y en la parte superior del labio cuando sonreímos. El párpado inferior y las líneas de marioneta se refieren a las arrugas que se forman alrededor de los ojos y la boca, respectivamente. Asimismo, el mentón también puede desarrollar arrugas verticales con el tiempo.

A medida que envejecemos, nuestra piel pierde elasticidad y firmeza, lo que hace que estas arrugas se vuelvan más prominentes. Pero gracias al bótox, ahora hay una forma de tratar estas arrugas de forma no invasiva y sin cirugía. Su aplicación produce la relajación temporal de los músculos que causan estas arrugas. Una vez que se inyecta, actúa bloqueando temporalmente las señales nerviosas que activan los músculos faciales responsables de las arrugas y, al relajar estos músculos, las arrugas se suavizan y se reducen. 

El tratamiento en estas áreas se realiza con pequeñas inyecciones que se realizan en puntos estratégicos para lograr el resultado deseado. Los efectos suelen durar de tres a seis meses, dependiendo de la persona y de la dosis que se haya utilizado. En cuanto al tiempo que tarda en hacer efecto el bótox, generalmente se puede ver una diferencia en el aspecto de la piel después de unos pocos días. Sin embargo, el resultado completo del tratamiento puede tardar hasta dos semanas en manifestarse por completo.

 

En resumen, la aplicación de botox en áreas como las arrugas de conejo, el párpado inferior, el mentón y las líneas de marioneta son zonas que hoy despiertan el interés de muchas personas en el mundo de la estética, y al relajar temporalmente los músculos responsables de estas arrugas, el bótox puede ser tu mejor aliado para suavizarlas y reducirlas, sin la necesidad de una cirugía invasiva.

Si estás considerando este tratamiento, es importante que se realice en manos profesionales. Nosotros, en la Clínica Luméniz, ofrecemos tratamientos personalizados que se adaptan a las necesidades y objetivos de cada paciente. Antes de comenzar cualquier tratamiento, nos reunimos con cada paciente para discutir sus preocupaciones y objetivos de tratamiento. Luego, realizamos una evaluación detallada del rostro del paciente para determinar qué áreas podrían beneficiarse más con la aplicación de bótox, o si es necesario complementar el tratamiento con otras técnicas para potenciar los resultados, apuntando siempre a destacar tu belleza natural.

Si deseas conocer más de este tema, la Clínica LUMÉNIZ te invita a pasar por una consulta con su staff médico TOTALMENTE GRATUITA en nuestra sede ubicada en Av. Benavides 1967 – Miraflores.

 

LUMÉNIZ, es el primer Centro Especializado en Medicina Estética Láser. Desde 1992 brinda los últimos tratamientos corporales, faciales y laser, con lo último en tecnología, un staff médico de primer nivel.

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